Yemen al borde del cambio

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Se conoce como “primavera árabe” a todas las revoluciones y protestas que han ocurrido en el mundo árabe, como consecuencia de lo que denominé el “efecto túnamiz”, en clara alusión del tsunami social que se empezó a generar en Túnez desde finales del año 2010.

Túnez, Egipto y Libia ya están viviendo los cambios y las transformaciones de la primavera, sin poder definir claramente como analistas el futuro inmediato de estos países: si se fortalecerán o no los Estados laicos y democráticos o si por el contrario la ley islámica se impondrá sobre estos. Pero lo que sí es cierto, es que el efecto túnamiz continúa haciendo estragos en la región y es el momento de Yemen.

Ali Abdullah Saleh lleva gobernando desde hace 21 años la conocida República de Yemen, producto de la unificación del país, aunque desde 1978 ya era presidente de Yemen del Norte, y formaba parte del partido político Congreso General del Pueblo, el que hoy por hoy mantiene la hegemonía política en el Parlamento y el Ejecutivo.

En Enero del año 2011 iniciaron las protestas en el país de la península arábiga, uno de los más pobres de la región, exigiendo la salida de Saleh de la presidencia para dar inicio a un conjunto de reformas que permita transformar el Estado. Sin embargo, la violenta respuesta obtenida por parte del gobierno ha hecho que Yemen, después de Libia y Siria, sea uno de los países con mayor cantidad de personas fallecidas producto de las protestas.

Después de largos 10 meses de enfrentamientos, Saleh firmó en Arabia Saudita su renuncia y traspasa el poder al Vicepresidente Mansur, leal a él, y deberán celebrarse elecciones presidenciales anticipadas, llamadas para el mes de Febrero de 2012. El acuerdo firmado incluye entre sus cláusulas garantías para el presidente y su familia de manera que no sean perseguidos por la justicia, teniendo por respuesta de la población manifestaciones en contra, sosteniendo por lema: “ni garantías, ni inmunidad”.

Al mismo tiempo los factores islamistas y comunistas siguen avanzando en la búsqueda de más simpatizantes (Yemen del Sur fue el primer país árabe en declararse comunista y mantenía estrecha relación con la URSS, China, Cuba, entre otros), lo que en su especificidad incluyen nuevos actores que analizar.

Los procesos de transformaciones políticas y sociales son largos, y solo el tiempo nos ayudará a definir los rumbos que tomarán cada uno de los países que están viviéndolos, pero lo que ya es una realidad, es que Yemen se encuentra al borde del cambio.

Simón Pestano, Internacionalista

El Efecto Túnamiz

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La acción de un joven tunecino en diciembre de 2010 desesperado por el alto nivel de desempleo y sus condiciones de vida fue causa suficiente para que en el Medio Oriente se generara un tsunami social, acompañado de olas de protestas en la que los gobiernos dictatoriales empezaron a caer después de décadas de haberse mantenido en el poder. La juventud y las redes sociales han demostrado ser actores elementales para el logro de estos propósitos, en clara alusión del poder que tiene cada una de las personas por solo su condición de serlo.

Sin embargo, a pesar de las peticiones de libertad, transparencia, democracia y mejor calidad de vida por parte de los ciudadanos árabes, es importante aclarar que en la región no existe ningún país democrático, por lo tanto, la estabilidad de estos sigue pendiendo de un hilo y los procesos de transición que vivan serán fundamentales para el logro de ellas.

Aunque que Ben Alí en Túnez y Mubarack en Egipto eran elegidos a través de elecciones, la sola existencia de un proceso electoral no implica que exista democracia. Lo mismo ocurre con la libertad, el hecho que sean y se sientan libres no implica que exista democracia, y esto es un factor que se aplica por igual en todo el mundo, pese que no existe democracia sin libertad y elecciones.

El apoyo de la comunidad internacional es primordial y sobre todo de aquellos países cuyas democracias tienen poco tiempo de haberse constituido, pues a pesar que cada proceso y democracia es diferente el uno al otro, estas experiencias le servirán para la construcción de las bases de sus nuevos Estados democráticos.

Es difícil predecir qué rumbo tomará el Medio Oriente, son muchos los aspectos que hay que tomar en consideración: la religión, la presencia de organizaciones terroristas, entre otros, pero lo que sí podemos afirmar es que el Efecto Túnamiz seguirá generando transformaciones en la región.

Simón Pestano, Internacionalista

Artículo publicado en el Diario Panorama (Maracaibo, Edo. Zulia) el 05 de marzo de 2011 (Disponible aquí)