Los supuestos Libios

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Las repercusiones en Libia producto del Efecto “Túnamiz” aún continúan, siendo uno de los casos más complejos de entender y que trae consigo la presencia de cuatro supuestos que son necesarios estudiar con detenimiento. Ellos son:

Primer supuesto: Ningún régimen de libertades supone la permanencia del tiempo de una autoridad de manera indefinida. Por lo que en Libia no podemos hablar de la existencia de un régimen de libertades con la presencia de Gadafi.

Segundo supuesto: Todo proceso revolucionario tiene que tener un alto componente de acción. Esta acción puede dividirse en dos fases: la primera basada en una participación intelectual que es la que genera la convocatoria y una segunda que es la motorización de la acción: generalmente es la juventud la que emerge. Por lo que es necesario identificar si esta acción es propia, como consecuencia de la existencia de ideas novedosas de la juventud o que en realidad son el resultado de un proceso de 30 años de adoctrinamiento.

Tercer supuesto: es improbable que diferentes ámbitos geopolíticos, con distintas realidades, entornos, sistemas económicos, etc. insurjan simultáneamente y en secuencia, lo que denomino el efecto “Túnamiz”.

Cuarto supuesto: No podemos dejar atrás el factor comunicacional que ha acelerado la reacción del mundo y tampoco podemos determinar a donde nos va a llevar y como nos puede afectar, bajo el entendido que inclusive Occidente se verá afectado, de manera inmediata en el precio del barril de petróleo.

Por lo que si no se logra determinar hacia dónde va el cambio en Medio Oriente, estaremos en presencia del uso de la democracia desde su base de libertad, para tomar el poder por parte de los regímenes totalitarios de la manera convencional y aceptada por Occidente.

Simón Pestano, Internacionalista

El Efecto Túnamiz

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La acción de un joven tunecino en diciembre de 2010 desesperado por el alto nivel de desempleo y sus condiciones de vida fue causa suficiente para que en el Medio Oriente se generara un tsunami social, acompañado de olas de protestas en la que los gobiernos dictatoriales empezaron a caer después de décadas de haberse mantenido en el poder. La juventud y las redes sociales han demostrado ser actores elementales para el logro de estos propósitos, en clara alusión del poder que tiene cada una de las personas por solo su condición de serlo.

Sin embargo, a pesar de las peticiones de libertad, transparencia, democracia y mejor calidad de vida por parte de los ciudadanos árabes, es importante aclarar que en la región no existe ningún país democrático, por lo tanto, la estabilidad de estos sigue pendiendo de un hilo y los procesos de transición que vivan serán fundamentales para el logro de ellas.

Aunque que Ben Alí en Túnez y Mubarack en Egipto eran elegidos a través de elecciones, la sola existencia de un proceso electoral no implica que exista democracia. Lo mismo ocurre con la libertad, el hecho que sean y se sientan libres no implica que exista democracia, y esto es un factor que se aplica por igual en todo el mundo, pese que no existe democracia sin libertad y elecciones.

El apoyo de la comunidad internacional es primordial y sobre todo de aquellos países cuyas democracias tienen poco tiempo de haberse constituido, pues a pesar que cada proceso y democracia es diferente el uno al otro, estas experiencias le servirán para la construcción de las bases de sus nuevos Estados democráticos.

Es difícil predecir qué rumbo tomará el Medio Oriente, son muchos los aspectos que hay que tomar en consideración: la religión, la presencia de organizaciones terroristas, entre otros, pero lo que sí podemos afirmar es que el Efecto Túnamiz seguirá generando transformaciones en la región.

Simón Pestano, Internacionalista

Artículo publicado en el Diario Panorama (Maracaibo, Edo. Zulia) el 05 de marzo de 2011 (Disponible aquí)