Dentro del área gerencial, uno de los temas en los que menos se profundiza es sobre el lenguaje de la gerencia
¿El lenguaje que usa un gerente puede tener fuerza dentro de una dinámica de equipo?
La Real Academia Española (RAE) define el lenguaje como la «capacidad propia del ser humano para expresar pensamientos y sentimientos por medio de la palabra». Esta palabra puede ser escrita, hablada o por señas, y por lo tanto para que las dinámicas de equipo existan debe haber un lenguaje común entre ellos.
En este orden de ideas, los gerentes deben saber seleccionar la mejor forma para expresar sus pensamientos y sentimientos a través de la palabra.
En países latinoamericanos y tropicales (como es el caso venezolano) muchas veces dejamos de lado la importancia que tiene en el ámbito profesional tener el mejor lenguaje posible en las relaciones con mis pares, superiores o subordinados (es decir, miembros de mi equipo de trabajo) pudiendo afectar en el corto, mediano y largo plazo mi rol dentro de la organización.
Y es por ello que comparto una serie de recomendaciones, producto de mi experiencia personal:
- Aprende a identificar tu audiencia: debes saber con quiénes estás hablando y tener las consideraciones que sean necesarias. Si estás trabajando con tu equipo de trabajo se prudente en lo que dices y cómo lo dices aunque estimes que existe un espacio de confianza entre ustedes. Tus palabras pueden debilitar la confianza del equipo, inclusive con temas que creas no tengan relación con el ámbito profesional.
- Filtra el uso de las groserías: una persona grosera es aquella que se comporta sin cortesía o respeto por los demás. Un uso exagerado de ellas debilitará tu posición frente a los demás, ya que dejarán de verte con respeto en tanto tu no las respetes a ellas.
- Cuida las referencias «burlescas»: tu equipo puede dejar de serlo si no sabes medir en qué momento se están divirtiendo y en qué momento están trabajando. En contextos organizacionales «tropicales» es normal que exista un ambiente de camaradería que propicie bromas entre ellos, sin embargo, si esta práctica se vuelve cotidiana puede afectar su rendimiento.
Por lo que, la respuesta a la pregunta al inicio de este artículo es definitivamente si. No permitas que el lenguaje sea una de las razones por las cuales algún miembro de tu equipo se vea perjudicado.