El lenguaje de un gerente

Dentro del área gerencial, uno de los temas en los que menos se profundiza es sobre el lenguaje de la gerencia

¿El lenguaje que usa un gerente puede tener fuerza dentro de una dinámica de equipo?

La Real Academia Española (RAE) define el lenguaje como la «capacidad propia del ser humano para expresar pensamientos y sentimientos por medio de la palabra». Esta palabra puede ser escrita, hablada o por señas, y por lo tanto para que las dinámicas de equipo existan debe haber un lenguaje común entre ellos.

En este orden de ideas, los gerentes deben saber seleccionar la mejor forma para expresar sus pensamientos y sentimientos a través de la palabra.

En países latinoamericanos y tropicales (como es el caso venezolano) muchas veces dejamos de lado la importancia que tiene en el ámbito profesional tener el mejor lenguaje posible en las relaciones con mis pares, superiores o subordinados (es decir, miembros de mi equipo de trabajo) pudiendo afectar en el corto, mediano y largo plazo mi rol dentro de la organización.

Y es por ello que comparto una serie de recomendaciones, producto de mi experiencia personal:

  1. Aprende a identificar tu audiencia: debes saber con quiénes estás hablando y tener las consideraciones que sean necesarias. Si estás trabajando con tu equipo de trabajo se prudente en lo que dices y cómo lo dices aunque estimes que existe un espacio de confianza entre ustedes. Tus palabras pueden debilitar la confianza del equipo, inclusive con temas que creas no tengan relación con el ámbito profesional.
  2. Filtra el uso de las groserías: una persona grosera es aquella que se comporta sin cortesía o respeto por los demás. Un uso exagerado de ellas debilitará tu posición frente a los demás, ya que dejarán de verte con respeto en tanto tu no las respetes a ellas.
  3. Cuida las referencias «burlescas»: tu equipo puede dejar de serlo si no sabes medir en qué momento se están divirtiendo y en qué momento están trabajando. En contextos organizacionales «tropicales» es normal que exista un ambiente de camaradería que propicie bromas entre ellos, sin embargo, si esta práctica se vuelve cotidiana puede afectar su rendimiento.

Por lo que, la respuesta a la pregunta al inicio de este artículo es definitivamente si. No permitas que el lenguaje sea una de las razones por las cuales algún miembro de tu equipo se vea perjudicado.

 

Las 6 competencias de los líderes ejemplares

En uno de sus últimos artículos académicos, Warren Benis, especialista en liderazgo y profesor de la University of Southern California de los Estados Unidos de Norteamérica, habló sobre los retos que presenta el liderazgo en el mundo moderno. En él, Bennis hace referencia a lo que considera que son las 6 competencias básicas de aquellas personas que desean catalogarse como líderes ejemplares. No puedo estar más de acuerdo con ellas, y es por esta razón que las comparto con ustedes.

Las 6 competencias de los líderes ejemplares

  1. Los líderes ejemplares crean un sentido de misión: ¿Hacia dónde vamos? Todo líder debe tener claro el rumbo que está tomando su proyecto (iniciativa, empresa, etc.), debe definirlo y vivirlo, para que pueda conseguir el apoyo de otras personas a unirse a ella. Existen oportunidades en que los «líderes» no tienen claro el rumbo hacia el que van, y como bien dijo Séneca: «Cuando no sabemos a qué puerto nos dirigimos, todos los vientos son desfavorables».
  2. Los líderes ejemplares motivan a otros a unirse a su misión: ¿Por qué estamos haciendo lo que hacemos? Simón Sinek define esto muy bien con su presentación sobre el circulo de oro y cómo los grandes líderes inspiran a las personas a la acción. Los líderes tienen que tener la capacidad de llegar a otras personas, para que están sean también multiplicadores de la misión.
  3. Los líderes ejemplares construyen una arquitectura social adaptable a sus seguidores: ¿Cómo lo hacemos? ¿Le estamos ofreciendo las herramientas necesarias para hacerlo? ¿Cómo es la interacción entre las personas para lograrlo? El líder debe velar para que sus seguidores cuenten con las herramientas necesarias y además la capacidad de conexión personal para lograrlo. No existe el liderazgo sin la presencia fundamental de tres vértices de un mismo triángulo: el líder o los líderes, los seguidores y la meta común.
  4. Los líderes ejemplares generan confianza y optimismo: La confianza es la base de toda relación, sin ella no hay cabida posible para que una persona pueda influir sobre otra y por lo tanto que exista el liderazgo. Los líderes deben ser personas íntegras, honestas, que deben velar de forma constante por sus principios y valores para servir como ejemplo a sus seguidores, y nunca debe dejar de lado su capacidad de generar optimismo entre ellos sobre las metas propuestas.
  5. Los líderes ejemplares desarrollan a otros líderes: El liderazgo es servicio, y por lo tanto la formación de otros líderes debe formar parte de su labor diaria para poder desarrollar una mejor sinergia en el equipo, que definida por la RAE se entiende como la acción de dos o más causas cuyos efectos es superior a la suma de los efectos individuales. Las relaciones líder-seguidor es un modelo del pasado, el siglo XXI exige el establecimiento de relaciones líder-líder.
  6. Los líderes ejemplares obtienen resultados: Los líderes deben estar inclinados a obtener resultados que fortalezcan la razón de ser de su misión y que sirva para que el proceso de liderazgo tenga sentido (genere más optimismo y confianza en lo que están haciendo, se fortalezcan las relaciones entre los miembros del equipo, se sigan formando más líderes, entre otros). Si una organización, iniciativa o proyecto no genera resultados, todos los demás puntos pueden caer por su propio peso.

¿Estas trabajando en el desarrollo de estas competencias?

Reflexión sobre: El líder que no tenía cargo de Robin Sharma

En mi reciente viaje por la península de Paraguaná (Venezuela), tuve la oportunidad de leer, después de tanto tiempo: «El líder que no tenía cargo» de Robin Sharma, también escritor del exitoso libro «El monje que vendió su ferrari» el cual cautivó a millones de personas en base a la filosofía de vida que planteaba en él.

Siguiendo su escritura en fábula, en esta oportunidad Sharma nos cuenta como Blake Davis, un veterano de guerra en Irak, transformó su vida después de su encuentro con Tommy Flinn, el cual le enseño, junto con cuatro maestros, una filosofía para el trabajo y para la vida que cualquier persona, de cualquier edad y en cualquier punto del mundo puede aplicar en todo momento, denominada: «LSC» o «Liderar Sin Cargo» que se basa en cuatro pilares:

  • No hace falta tener un cargo para ser lider
  • Las épocas turbulentas crean grandes líderes
  • Cuanto más profundas sean tus relaciones, más fuerte será tu liderazgo
  • Para ser un gran líder, primero hay que ser una gran persona

Siempre he estado de acuerdo a la idea de: «No es necesario tener un cargo para «hacer» o para «generar resultados», más que la voluntad, las ganas, el coraje y la persistencia para hacerlo, por lo que el nombre de por sí me había cautivado, pero en la medida en que me iba adentrando a la lectura, no podía soltarlo.

Es un libro que es necesario leerlo y re-leerlo, volverse uno con el libro (como nos invitaba en «El monje que vendió su ferrari»), para descubrirlo y aplicarlo. La filosofía del LSC nos plantea una nueva forma de abordar el liderazgo, que se basa exclusivamente en la influencia y en hacer lo mejor y máximo posible en cada situación (auto-liderazgo para los efectos académicos).

Los que aún no han tenido oportunidad de leerlo se los recomiendo ampliamente, y a los que ya lo hicieron ¿qué les pareció? ¡Me gustaría leer sus comentarios para conocer sus impresiones!

Si estas interesado en adquirirlo puedes conseguirlo en las siguientes direcciones: